Sunday, January 06, 2008

Temporalidades

Las personas viven en el tiempo presente pero algunas tienden a pensar en el tiempo pasado más continuamente que otras y en el futuro menos que otras, principalmente en estos días en que cambia un año a otro; los números cambian y muchos se ponen a pensar que hicieron el año anterior y lo que desean hacer en el futuro que están pisando lentamente.

El vivir pensando en el pasado no es muy saludable. Es como ir caminando por la orilla de la calle viendo hacia atrás; esto nos hace ir más lentamente hacia adelante, si no nos detenemos o chocamos con algún objeto al frente u otra persona. Es muy parecido estar pensando en el pasado: no proyectamos para el futuro, no avanzamos, nos estancamos.

Ahora que si vamos caminando tomados de la mano con otra persona y es la otra persona la que se va deteniendo, chocando o alentando, tarde que temprano se va a soltar de nuestra mano y se quedará atrás y nosotros seguiremos caminando hacia adelante, porque sería injusto para el que va hacia el frente estarse deteniendo por la otra persona. Algunos dirán que es injusto no detenerse para ayudarla pero ya es mucho ayudarla el tomarla de la mano para que vaya junto a nosotros.

La inercia de no avanzar o estar detenido, o de pensar en el pasado, o vivir el presente y pensar el futuro es muy distinta. Hay cuerpos y objetos que si no están en movimiento se mueren o deterioran hasta destruirse; si no se les inyecta energía de alguna manera esos cuerpos u objetos se oxidarán, morirán o simplemente vegetarán sin movimiento y quedaran abandonados en el pasado lo que lamentablemente puede ocurrir cuando no se les alienta a seguir adelante.

Hay una etiqueta de advertencia en esta situación. Uno podría pensar que es el otro el que está avanzando y no viviendo en el pasado. ¡Cuidado! dice la etiqueta; Si uno se da cuenta que es el otro el que avanza ¡enhorabuena! pero si no...

Siempre que entro a este tipo de estados filosofales pasa lo mismo: me pierdo, pienso, existo, y me vuelvo a perder. Salto, brinco y vuelvo a caer donde mismo. Estas situaciones de temporalidad siempre se resuelven dentro de uno mismo; cada quien tiene que darse cuenta de lo que tiene o de si avanza o está observando su pasado. Uno solamente puede ser como el farol que se enciende para que ilumine un poco a quien navega detrás de uno, a aquel más joven que se encierra en sus enseñanzas, y por ser más joven piensa que está más actualizado y viviendo en el presente y caminando al futuro.

No necesariamente cuando envejece uno está volteando al pasado, es solamente echar un vistazo para que no lo vayan a tumbar aquellos distraídos que vienen viendo hacia su pasado y no prestando atención delante de ellos, siendo que uno va adelante a su paso.

Es como diría Don Juan el de Castañeda, estar atento a todo lo que te rodea como un guerrero.

Salutem,

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