Tuesday, December 30, 2008

J'en déduis que je t'aime

Par le peur de te perdre et de ne plus te voir.
Por el temor de perderte y de no verte más.

¿Cómo se perdió el romanticismo? ¿Dónde quedó ese sentimiento que corre por las venas del ser humano? Cuando escucho la música actual me pregunto primero, y luego me contesto porque lo dejamos de enseñar en el hogar. Como todas las buenas o malas costumbres que se aprenden en casa, así se ignoran otras como el romanticismo. Te ven con cara de "¡que cursi!", o "¿de qué habla este anticuado?"

Par ce monde insensé qui grouille dans ma tête
Por este mundo insensato que hierve en mi cabeza

Lo que muchos no se dan cuenta es que es un arma muy efectiva para conquistar a una mujer. Y, contaminados por el cine, televisión o música americana actual, muchos se pierden en las enseñanzas que aprenden de esos medios que proviene de una cultura muy diferente a la hispanoamericana; esa diferencia cultural la podemos ver en las diferencias lingüísticas.

Par ces nuits sans sommeil où la folie me guette
Por estas noches sin sueño donde la locura me acecha

En inglés podemos hacer negocios y comerciar con facilidad; en francés podemos hablar suavecito en el oído de la persona amada y convencerla de que te acompañe al abismo; en español podemos charlar por horas y horas de todo tipo de temas, desde religiosos y esotéricos hasta políticos y literarios; en italiano podemos discutir de vinos y comidas desde la toscana hasta la romana; en alemán probablemente hablaríamos de ingeniería y ciencias. Ad infinitum.

Quand le doute m'effleure et tend mon cœur de noir
Cuando la duda surge y tensa mi corazón de noche

Pero el romanticismo continúa siendo muy efectivo. Si tu pareja no es romántica, no tiene detalles para contigo, si es atolondrada, se pierde el encanto de la relación y después te preguntas ¿qué hago con él (o ella)? El que a una persona le guste el rock, hip hop, o la música metálica no necesariamente implica que no pueda escuchar a solas algo romántico como a Charles Aznavour aunque no le entiendas a la letra.

J'en déduis que je t'aime
Deduje que te amo
J'en déduis que je t'aime

¿Será romántico enviar mensajes de texto por el celular? A menos que envíes un mensaje que sea tan impactante que le estruje el corazón a la otra persona, no es muy romántico. Es bueno para comenzar una sesión romántica porque anticipas la situación que quieras tener con la pareja; pero sería el colmo que estuvieras en persona con tu pareja aún enviándole mensajes de texto (he sido testigo de dichas situaciones).

Par le temps que je prends pour ne penser qu'à toi
Por los tiempos que tomo para no pensar en ti

El romanticismo se puede ir reaprendiendo si lo has perdido... ahi te dejo con Aznavour y esa canción que traduje para que vayas estudiando francés y reaprendiendo el romaticismo en ti.

PS. Haz clic en este vínculo para escuchar al cantante.

Par mes rêves de jour où tu règnes en idole

Por mis ensueños de día donde tu reinas como idolo

Par ton corps désiré de mon corps qui s'affole

Por tu cuerpo deseado de mi cuerpo que se inquieta

Et l'angoisse à l'idée que tu te joues de moi

Y la angustia a la idea de que te rias de mi

J'en déduis que je t'aime

Deduje que te amo

J'en déduis que je t'aime

Par le froid qui m'étreint lorsque je t'aperçois

Por el frio que me abraza cuando yo te diviso

Par mon souffle coupé, par mon sang qui se glace

Por mi respiración cortada, por mi sangre que se hiela

Par la désolation qui réduit mon espace

Por la desolación que arrincona mi espacio

Et le mal que souvent tu me fais malgré toi

Y el mal que a menudo me haces, a pesar de ti

Par la contradiction de ma tête et mon cœur

Por la contradicción de mi cabeza y mi corazón

Par mes vingt ans perdus qu'en toi je réalise

Por mis veinte años perdidos que en ti, yo realice

Par tes regards lointains qui parfois me suffisent

Por tus miradas lejanas que a veces me bastan

Et me font espérer en quelques jours meilleurs

Y me hacen esperar en cualquier día mejor

J'en déduis que je t'aime

Deduje que te amo

J'en déduis que je t'aime

Par l'idée que la fin pourrait être un début

Por la idea que el fin podría ser un principio

Par mes joies éventrées par ton indifférence

Por mis alegrías desvanecidas por tu indiferencia

Par tous les mots d'amour qui restent en souffrance

Por todas las palabras de amor que terminan en sufrimiento

Puisque de te les dire est pour moi défendu

Puesto que te las digo son para defenderme

J'en déduis que je t'aime

J'en déduis mon amour.

Salutem,

Friday, December 12, 2008

Regresa el espíritu de los libros ... en forma digital

"Hasta entonces había creído que todo libro hablaba de las cosas, humanas o divinas, que están fuera de los libros. De pron­to comprendí que a menudo los libros hablan de libros, o sea que es casi como si hablasen entre sí. A la luz de esa reflexión, la biblioteca me pareció aún más inquietante. Así que era el ám­bito de un largo y secular murmullo, de un diálogo impercepti­ble entre pergaminos, una cosa viva, un receptáculo de poderes que una mente humana era incapaz de dominar, un tesoro de secretos emanados de innumerables mentes, que habían sobre­vivido a la muerte de quienes los habían producido, o de quie­nes los habían ido transmitiendo." El nombre de la rosa, Umberto Eco.

Esta obra de Eco me ha llevado a leerla en varias ocasiones, y no por ser lento de aprendizaje sino por esa narrativa que te pide detenerte y pensar, no solamente analizar sino reflexionar, comprender las elucubraciones del autor, imaginar los lugares, los personajes, el lenguaje, entender sus pensamientos y una de las cosas que ahora comprendo es lo que dice en la cita anterior, "los libros hablan de libros".

Nunca he sido muy aficionado de ir a la biblioteca, siempre preferí comprar los libros, las bibliotecas son para los libros lo que la carcel para los prisioneros, el bibliotecario tiene el control de los libros como el carcelero lo tiene de los internos. Antes de las computadoras y el internet, las tarjetas bibliográficas para buscar libros en la biblioteca eran una pesadilla, el Sistema Decimal Dewey es excelente para clasificar y guardar los libros pero es toda una ciencia entenderlo, necesitas tener un doctorado en ciencias o filosofía para poder pasar por esa clasificación, y eso formaba parte de mi pesadilla, (gracias Google, gracias internet).
Ahora con los libros digitalizados que puede uno encontrar inclusive gratis a traves de Google Books, o en diferentes bibliotecas del mundo y con el botón de búsqueda a la mano, uno puede encontrar tal cantidad de libros del tema que sea de interés personal que llega a ser casi imposible clasificarlos en la propia computadora.

El hábito de la lectura comienza en el hogar propio, y conmigo comenzó leyendo probablemente toda la colección de Marcial Lafuente Estefanía y las novelas de vaqueros que salieron de su imaginación y pasaron a la mía alimentando la avidez de leer esas historias cortas del oeste americano y que mi madre conseguía sabra Dios dónde. Nunca imaginé que el escritor que describía tan bien el oeste americano fuera español y que, según sus biógrafos, solamente haya visitado esos lugares para haberlos descrito con tan fino y sencillo detalle. Ahora que he paseado por algunos lugares que mencionó M.L. Estefanía entiendo el cómo captó esos detalles de las poblaciones americanas que describió en sus obras (esa es historia para contarla después).

De hecho, la lectura de esas novelas que se vendían en las tiendas de abarrotes, como pequeñas revistas de pasatiempo, dejaron tal impresión en mi mente que un día ya de adulto leyendo Macbeth sentí la impresión de haberlo leído tiempo atrás, que ya conocía la historia, y me dije que eso sería absurdo ya que nunca antes había tenido el deseo o las ganas de leer a Shakespeare, que ridículo pensé para mis adentros, en la universidad había leído a los escritores latinoamericanos (García Márquez, Carlos Fuentes y los demás muchachos de la pluma hispana), el existencialismo de Jean-Paul Sartre, los textos de Nietzsche (mis dos autores favoritos), pero ¿Shakespeare? no.

Hasta que recorde que había de esas novelas con dibujitos bien detallados que también leía en casa, y fue cuando me vino a la memoria una de esas novelas con varias historias adaptadas de grandes escritores y entre ellos estaba el escritor inglés, ¡cáspita!

Durante la universidad me transforme con Kafka, medité con Siddartha aislado como un lobo estepario con Hesse, vagué y soñé con Kahlil Gibran, probablemente leí toda la colección popular de Editores Unidos Mexicanos mientras trabajaba cambiando discos a medianoche en una estación de radio después de salir de clases. La tinta de los libros y el aroma del papel me impregnó el olfato de tal manera que ahora me gusta abrir un libro solamente para olerlo, y como un adicto cada vez busco libros más antiguos para sentir su textura y aroma, aunque con los libros electrónicos o digitalizados ya no se puede tener dicha sensación, por algún motivo éstos provocan los mismos resultados en mi mente.

Recientemente recibí un regalo que me permite traer los libros digitalizados a la mano y no estar atado a la computadora o estar forzando mi vista tratando de leerlos en el PDA. El aparatito es de la marca Sony y tiene una tecnología que le llaman tinta electrónica (e-ink) que no permite reflejos en la pequeña pantalla y parece ser el papel de un libro; bueno es tan real la sensación visual de la mentada e-ink que en un par de ocasiones he mojado la pequeña pantalla con el dedo húmedo en una acción que semeja cambiar de hoja y que provoca tantas muertes en El nombre de la rosa (jajaja).

La biblioteca que poseo ya no tiene aquellas obras que leí en la universidad porque se perdieron en el camino del tiempo, hay otros nuevos, de otros temas, pero gracias a la digitalización, y la gente en el mundo que ha captado la animadversión de las editoriales y algunos escritores, y gracias a la pérdida de los derechos de autor que el tiempo otorga, han comenzado a regresar los espíritus de obras que había dado por perdidas en la forma de libros digitalizados (¡¡¡inspirada y excelente analogía!!!) y con ellos muchos más que mi mente no podría haber dado cabida.

Ahora tengo que hacer referencia a mi biblioteca física y la electrónica; en la física habrá unas 700 obras más o menos, en la electrónica son más de 1,500, y solamente tengo clasificados cerca de 1,000 en inglés, francés, italiano, latín y español. Uno de ellos, que me sonrío cada vez que lo hojeo (es un decir), lo escribió Michel de Nostradamus unos diez años antes de morir que trata de la forma de hacer cremas y afeites para embellecer la cara y para hacer dulces y confituras (La premiere traicte de diverses facons de Fardemens & Senteurs pour illustrer & embellir la face. La seconde nous monstre la facon & maniere, de faire confitures de plusieurs sortes, tant en miel, que succre); esta obra la encontré entre los libros digitalizados de la Biblioteca Nacional de Francia.

Como esa obra, he encontrado tantas más, en diferentes bibliotecas del mundo y sin salir de mi hogar, que no creo que tendré tiempo de leerlos todos (aunque voy a hacer el esfuerzo). De esta manera la biblioteca de la que habla Umberto Eco en "el nombre de la rosa" resucitó de entre los muertos y sacó el espíritu de los libros en forma digital para que pudieramos, de nuevo, revivir el sentido del tacto a través del de la vista disfrutando los libros por las historias que cuentan y su tipografía, aunque diferente, pero igual.

¡Feliz lectura!

Salutem