Wednesday, February 03, 2010

Lecturas, libros y radionovelas

"The books in Mo and Meggie's house were stacked under tables, on chairs, in the corners of the rooms. There were books in the kitchen and books in the lavatory. Books on the TV set and in the closet, small piles of books, tall piles of books, books thick and thin, books old and new. They welcomed Meggie down to breakfast with invitingly opened pages; they kept boredom at bay when the weather was bad. And sometimes you fell over them." Inkheart, Cornelia Funke.

Nunca se me ha dado bien la lectura en voz alta; y no es porque no me salga bien, sino porque me distraigo con mi propia voz. Lo único que leo en voz alta son textos en francés para poderlos entender más fácilmente, aunque de todas maneras me distraigo por ponerle atención a la pronunciación pero bueno esos son los bemoles de la lectura en voz alta.

Recientemente termine de leer una serie de 3 libros de la escritora Cornelia Funke, los libros de la serie de Inkheart (Inkheart, Inkspell e Inkdeath). El primero lo hicieron película con la actuación de Brendan Fraser (la Momia y demás) y los otros dos no se sabe; en fin, la teoría de estos libros es que uno de los personajes principales, cuando lee en voz alta un libro, hace que los personajes del libro salgan al mundo real, (o por lo menos al mundo de aquel que los lee).

Y probablemente ocurre algo parecido cuando leemos un libro, pero en este caso nosotros somos los que nos metemos en la historia, o por lo menos es lo que me ocurre cuando leo. Si el autor o autora son buenos narradores te pueden meter en la historia y hacerte oler los aromas que describen, hacerte caminar por los lugares que te muestran, hacerte sentir las alegrías, los miedos y las angustias de los personajes.

Te llevan al castillo donde estudia Harry Potter, te hacen perderte en el laberinto de la biblioteca del Nombre de la Rosa, te hacen disfrutar la magia del fuego de Dustfinger en Inkheart, te transmiten la angustia de convertirte en insecto como Gregorio Samsa en la Metamorfosis de Kafka, o te llevan a vivir a Macondo de García Márquez. Esos son buenos narradores de historias.

Los medios audiovisuales también te transportan a la historia que cuentan. Cuando niño mi abuela me puso en contacto con las radionovelas que para mi eran extrañas historias contadas y actuadas por alguien en la radio; un niño citadino, acostumbrado a la televisión vespertina, escuchando las radionovelas en aquel pueblo representativo de Macondo. "El ojo de vidrio", "Kalimán" "La tremenda corte" y otras historias en las que las voces de los actores provocaban que la imaginación corriera desaforadamente dejándote con la mirada perdida.

De adulto, conocí al actor-locutor que hacía el personaje del “Ojo de vidrio”, él se quedó en el papel, le ocurrió lo que la historia narrada en Inkheart y lo absorbió la historia. La voz de Kalimán, la hizo el actor y locutor Luis Manuel Pelayo, aunque nunca se le dio el crédito ya que se acreditaba el personaje al mismo Kalimán, el actor que hacía al jovencito Solín era un menor llamado Luis de Alba quien después se hizo famoso como cómico por su personaje de universitario millonario de la ciudad de México.

A diferencia de la televisión y el cine, donde la historia te la dan ya digerida, la lectura y la radio incitan a la mente a que ponga a trabajar a la imaginación. A la radio le robaron su parte en la historia cuando la televisión entró a escena, y la lectura de libros también se ha ido deteriorando en parte por el deseo de las editoriales de aumentar sus dividendos a sus accionistas, y ofrecer sus libros a precios prohibitivos, además de que mucha gente no le inculca la lectura sus hijos.

Lo bueno de la modernidad, y el internet, es que ahora podemos adquirir y compartir muchos de nuestros libros digitalmente, si buscamos por Google, encontramos por ahí la obra en PDF de lo publicado más recientemente, gratis, gracias a la generosidad de la gente que escanea las obras que compra; Así me llegó una vez una obra de Harry Potter de manera electrónica el día posterior a su puesta en venta en las librerías americanas, aunque personalmente yo adquirí esa obra en papel por que así lo quería, también tengo la copia electrónica.

Así que después de esta pequeña charla, le recomiendo a mis cuatro lectores que busquen algo para leer y no lo hagan por obligación como cuando estaban en la escuela, háganlo por gusto y verán que experimentarán otras sensaciones a las de ver la televisión, o ir al cine. Intenten con algo que leyeron en la escuela y se darán cuenta de la diferencia.

Salutem,

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