Friday, September 03, 2010

Pensamientos sobre el karma

"Watch your thoughts, for they become words.
Watch your words, for they become actions.
Watch your actions, for they become habits.
Watch your habits, for they become character.
Watch you character, for it becomes your destiny."
from "Touched by an E-Mail: A collection of heart-warming stories from the internet", by Dennis D. Mog.


Ten cuidado con tus pensamientos, porque se convierten en palabras.
Según las diferentes definiciones que encontre del karma, éste se define simplemente como la ley de que a cada acción le corresponde una reacción igual y opuesta, es decir cosechamos lo que sembramos. La cita de arriba no tiene autor reconocido, sin embargo me parece bastante precisa en cada uno de los puntos que define. Hay que estar concientes de nuestros pensamientos ya que si los verbalizamos nos podemos arrepentir de lo que decimos si lo expresamos sin considerarlo. ¿Cuántas veces hemos "metido la pata" al decir lo que pensamos y nos andamos disculpando por haber ofendido a alguien sin querer?


La kabalah (kabalah, cabalá o cualquiera de sus formas de escritura) judía dice que D-os pensó con cuál letra iniciaba la creación y después de deliberar dijo Bereshit (En el principio). El Rabino Phillip S. Berg nos detalla en sus obras el poder de las letras y las palabras que forman. El primero que se dio cuenta de ese poder fue el patriarca Abraham cuando uno de los ángeles del Señor le dijo que cambiara su nombre de Abram (padre exaltado -en dignidad-) a Abraham (padre de multitudes) para que pudiera tener descendencia ya que a la edad de 86 años tuvo su primer hijo con la esclava Hagar.


El significado del nombre de Abraham no tiene muchas discrepancias como en el nombre de Sara (Sarah) que originalmente era Sarai, que, de acuerdo a algunos significa "mi princesa" y que el ángel del Señor cambió a Sarah que algunos traducen como "princesa" y en otras enseñanzas hebreas como "sacerdotisa" o "reina". En lo personal me inclino más a la traducción de "sacerdotisa" pero el hecho es que le cambió la vida a esta mujer en varios aspectos: primero, la hizo fértil y tuvo a su hijo Isaac, segundo, le quitó tiempo de vida ya que según la leyenda estaba destinada a vivir 175 años pero murió a los 127 años (aunque a esto le adjudican otras razones).


Ten cuidado con tus palabras, porque se convierten en acciones.
Así que esto lleva al siguiente punto de que nuestras palabras se convierten en acciones. En ocasiones esas acciones que realizamos por seguir nuestras palabras al pie de la letra nos llevan a enfrentar situaciones desagradables, cómicas, o incluso ofensivas o de agresión que a final de cuentas no llevan a nada o inclusive a arrepentirnos de nuestras acciones, y dicho arrepentimiento solamente nos llena de telarañas y desesperanza.


Ten cuidado con tus acciones, porque se convierten en hábitos.
Si las acciones son buenas, positivas, amables, honorables o de cualquier otra índole, los hábitos serán de igual manera; sin embargo, si las acciones son ofensivas, desagradabes o agresivas nos convertirán en seres que al final tendremos que pagar las consecuencias. Al reflexionar sobre las razones kármicas del cáncer en los seres humanos creo que en parte es debido a esos hábitos negativos de la gente de criticar o actuar de forma agresiva contra todo lo que ve, incluyendo aquello que ve reflejado en un espejo. La agresión en el exterior se refleja en el interior y las consecuencias son desastrozas. Unos se preguntarán qué pasa con los niños con esa enfermedad, y a eso podría responderse que ese karma viene de alguna vida anterior, o es el karma de los padres en acción.


Ten cuidado con tus hábitos, porque se convierten en tu personalidad
Y esa personalidad puede generar una serie de situaciones a lo largo de la vida que al final se juzgará a la persona por esa personalidad. Como dice el cantante Juan Manuel Serrat "si la muerte pisa mi huerto, quién juzgara que he muerto de muerte natural", probablemente no juzgarán la muerte sino cómo fue la persona en vida.


Ten cuidado con tu personalidad, porque se convierte en tu destino
Y el destino normalmente cobra o paga lo que uno se ganó en el camino andado.


Salutem,

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