Wednesday, October 07, 2009

The Red Book, Carl G. Jung

El prominente psicoanalista Carl Gustav Jung (1875-1961) comenzó a escribir en 1914, a sus 39 años de edad, lo que es en parte un diario y en parte una novela mitológica, en donde habla de sus fantasías, ideas, pensamientos de su inconsciente y sus experiencias recopiladas a lo largo de 16 años.

Jung registró todo en ese diario. Escribió notas en una serie de pequeños diarios y luego habló largo y tendido sobre ello, lo analizó, y lo escribió en un manuscrito en folio encuadernado en piel roja (de ahí el nombre); con excelente y elaborada caligrafía llenó cerca de 205 hojas tamaño folio enriquecido con detalladas pinturas que describen la simbología de muchas de sus ideas.

Esta obra nunca había sido publicada, en parte porque cuando vivía, Jung tenía el temor de verse rechazado por la comunidad científica de su época por algunas ideas ahí descritas, y posterior a su muerte, los herederos y poseedores de la obra la habían guardado un par de décadas, primero en su casa de Zurich y luego en la bóveda de un banco.

Finalmente el historiador Sonu Shamdasani, quien sabía de la existencia de la obra, convenció a la familia para primero traducirla al inglés y finalmente publicarla. La obra "The Red Book" cuyo nombre oficial es Liber Novus, está ricamente ilustrado, y está para ir a verlo en la exhibición del Museo de Arte Rubin en Nueva York a partir de hoy (7 de octubre hasta el 25 de enero del 2010).

Esta es posiblemente es la obra más influyente no publicada en la historia de la psicología y vale la pena comprarla. Tengo entendido que hay una versión facsimilar en alemán con la traducción al inglés publicada por W.W. Norton & Company y editada por el Dr. Sonu Shamdasani, Editor General de la Fundación Philemon y Profesor Philemon en Historia de Jung en el Wellcome Trust Centre for the History of Medicine en University College, en Londres.

Salutem,

5 comments:

Anonymous said...

¡Carajo!
Dos "sesudos" comentarios que traté de enviarte se han perdido en algún ignoto lugar de la tierra algorítmica. Veamos si este pasa
Humberto

Ray Pedraza said...

jajajaja
Ese es el problema del ciberespacio, tiene tantos recovecos que es muy fácil que uno se pierda. De todas maneras voy a esperar los "sesudos" comentarios por si aparecen después.
Saludos,
Ray

Donbeto said...

No esperes mas, querido compadre. Lo "sesudo" parece ser objeto de ataques inmisericordes capitaneados por dos europeos malignos empeñados en desmielinizar a mis pobres neuronitas. Los tipos, hasta donde ha podido investigar el "PBI" (Paranoid Bureau of Investigations) se llaman Alzheimer y Parkinson. Por lo mismo, el texto de mis comentarios perdidos es irrecuperable a menos que el chino, veitnamita ò madagascareño que los haya recibido en tu lugar nos hiciera el favor de reenviarlos...solo recuerdo haberte deseado suerte en esta astro-jungueana etapa de tu larga búsqueda de anclajes existenciales....¡bófonos!.
Aunque te lo digo, créeme, con harto cariño, siéntete con pleno derecho de mentarme la madre....Ja!
Saludo con abrazo

Donbeto said...

ps
Jung, desde mi punto de vista complicado en su mezcolanza de psicoanálisis y misticismo, mandó grabar en el dintel de su casa ded Zurich la lindísima frase:
"vocatus atque non vocatus deus aderit": "Invitado ó no, Dios está aquí"
mmmhhh... imagina a un ateo (yo) al que le gusta el latinajo

Ray Pedraza said...

Muchas gracias compadre. Lo divertido de la "búsqueda de anclajes existenciales", como adecuadamente le llamas no es el fin, sino la búsqueda misma. Te conozco lo suficiente para saber tu pensamiento al respecto por lo cual solamente te puedo enviar un abrazo muy fuerte como se lo darían dos mexicanos en cantina después de un par de cartones de cervezas o por lo menos dos botellas del delicioso mezcal de doble destilación de "la Chona" N.L., mejor conocido como choneño.
Salutem compadre.