Wednesday, January 18, 2012

Libellus astrologicus 9: ¿Plutón o Hades?

¿Plutón o Hades?
Un ensayo analítico

Uno de los más temidos planetas del sistema solar, por el significado de uno de los nombres que tiene, Hades, mejor conocido como Plutón, tiene una larga e interesante historia que veremos aquí. El nombre de Plutón tiene varios significados debido a que proviene de distintas leyendas que se han entremezclado, pero que la mayor parte nos lleva a la riqueza, lo invisible, lo que nos da la tierra, el dios de la fecundidad del suelo y de las abundancias de las cosechas, etc.; ya que Ploutos significa riqueza, porque ella sale de la tierra.

El otro nombre de este dios mitológico es Aidees, que según la leyenda expresa lo invisible, to aeides, lo tenebroso, el infierno, y como este nombre inspira terror, prefieren llamarle Plutón. Por este motivo, dicen los antiguos, que los hombres se engañan de muchas maneras respecto del poder de este dios, y que no hay fundamento para temerle tanto. El motivo de este temor es que, muerto el hombre, baja a sus estancias en el Tártaro, sin esperanza de volver; así es como el alma abandonando al cuerpo se traslada cerca de este dios.

Ya que este dios posee riquezas en abundancia en el Tártaro, y es un gran bienhechor para los que están cerca de él puesto que hasta a los habitantes de la tierra envía grandes tesoros, y tiene gran conocimiento y virtud con los cuales realiza magníficos discursos, retiene a los que se van a su morada sin problema. Además como no tiene relación con los hombres que están entorpecidos con sus cuerpos ya que toma las almas de aquellos que están libres de todos los males y pasiones del cuerpo, es ¡un verdadero filósofo!. Comprendió bien que le sería fácil retener a los hombres que desean la virtud y el conocimiento, y mientras éstos se vieran envueltos en la locura y pasión del cuerpo, no conseguiría mantenerlos cerca de él.

El poder de Plutón de conocer, eidenai, que bien podría ser Adonai de los hebreos, todo lo que es bello, es lo que inclinó a los antiguos a llamarle Aides o Hades. Ya que se supone que el hombre no debe conocer las cosas bellas ni tener el conocimiento y por ello fue castigado a caer en el averno. Probablemente ese sea el poder de Plutón y la razón por la que se le ha marcado como un planeta negativo al género humano.

Hades se nos presenta como un dios detestado, orgulloso, cruel, celoso de sus prerroga-tivas y gran seductor, sale en muy pocas ocasiones del Tártaro al exterior, excepto cuando tiene algún negocio o cuando le brota la lujuria repentina. No sabe lo que ocurre en el mundo exterior o en el Olimpo, la morada de los dioses, excepto por información fragmentaria que traen los mortales cuando lo invocan. Su más preciada posesión es el casco de la invisibilidad dado en gratitud por los Cíclopes cuando los liberó por ordenes de Zeus. Todas las riquezas de gemas y metales preciosos escondidos bajo la tierra son suyos, y solamente posee unas propiedades en el exterior en la tierra.

Hades se enamoró de Coré o Perséfone y fue a solicitarle a Zeus le permitiera casarse con ella. Zeus tuvo miedo de ofender a su hermano mayor al rehusarse y además sabía que la diosa Demeter, la madre de Perséfone no lo perdonaría si permitía que la joven fuera comprometida al dios del Tártaro; le respondió políticamente que no podría darle o retirarle su consentimiento. Esto hizo que Hades raptara a la chica mientras recogía flores en algún lugar de la tierra. La diosa Demeter buscó a Perséfone sin descanso por 9 días con sus noches, sin comer o beber. La única noticia que tenía, provenía de la vieja bruja Hecate, quien escuchó a Coré llorando, y a quien se apresuró a rescatar sin encontrar signo alguno de la joven. La diosa recibió otro informe de que habían visto un carruaje dorado con cuatro caballos negros, pero la cara del conductor no la habían visto ya que era invisible y el cual llevaba una chica agarrada fuertemente con su brazo.

Con toda la evidencia que tenía, Demeter junto con Hecate se acercaron a Helios o Apolo, que veía todo y lo forzaron a admitir que Hades había sido el villano que raptó a la joven con el apoyo indudable de Zeus. Demeter estaba tan enojada que en lugar de regresar al Olimpo conti-nuó en la tierra, prohibiendo a los árboles que dieran frutos y a las hierbas crecer, hasta que la raza humana estuviera en peligro de extinción. Zeus, avergonzado para visitar a Demeter en persona en Eleusis, le envió primero un mensaje con Iris (que no le tomó importancia) y posteriormente a un grupo de dioses del Olimpo, con regalos conciliatorios, rogándole que reconsiderara lo que estaba haciendo. Pero ella no regresó al Olimpo y juró que la tierra se secaría a menos que le fuera devuelta su hija.

Solamente le quedó a Zeus un curso de acción. Envió a Hermes con un mensaje a Hades: “si no regresas a Perséfone estaremos perdidos”; y con otro a Demeter: “tendrás de nuevo a tu hija con la simple condición de que ella no ha probado el alimento de la muerte”. Debido a que Coré se había rehusado a comer y sólo había probado un pedazo de pan desde su rapto, Hades se vio obligado a retractarse y le dijo cariñosamente: “Mi pequeña, te ves muy infeliz aquí y tu madre te extraña, por lo tanto he decidido enviarte a casa”.

Coré dejo de llorar y Hermes le ayudó a subir a su carruaje. Pero poco antes de salir a Eleusis, uno de los jardineros de Hades de nombre Esculapio empezó a llorar. Habiendo visto a Perséfone le dijo que tomara una granada del árbol y comiera siete granos, y dijo “yo estoy listo para ser testigo que ha probado la comida de la muerte”. Demeter recibió feliz a Coré y la abrazó, pero al escuchar lo de la granada, se molestó más y dijo: “no regresaré a Olimpo, ni quitaré mi castigo de la tierra”. Entonces Zeus persuadió a Rhea, la madre de Hades, a Demeter y él mismo a rogarle a ella que quitara el castigo.

Finalmente llegaron a un acuerdo: Coré pasaría tres meses al año en compañía de Hades, (que son a partir de noviembre, en el invierno) como Reina del Tártaro, con el título de Perséfone (la que trae destrucción) y los restantes nueve meses con Demeter. La bruja Hecate se comprometió a asegurar que se respetara el arreglo y a mantener en constante cuidado a Coré. Demeter finalmente consintió regresar a casa y quitar el castigo a los humanos.



Salutem,
Ray P.

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