To have another language is to possess a second soul. Charlemagne
Esta frase de Carlomagno podría presentar imágenes mentales de una persona con problemas psicológicos de doble personalidad, y cuando uno lo analiza desde esta perspectiva pues esto se acerca mucho a la realidad. Esto lo he comprobado en parte desde que lo empecé a ver conscientemente a partir de un trabajo en el que he estado involucrado en los últimos meses; es una bipolaridad de personalidad en que un momento me veo hablando y pensando en un idioma y en el siguiente en otro. Probablemente es algo que a los interpretes les pasa con frecuencia, pero uno nunca sabe.
Sin embargo, en ocasiones estos cambios de personalidad ponen en duda mi propia salud mental y me siento que estoy hablando conmigo mismo ya que estoy en un idioma y cuando hago el cambio al otro me volteo como si estuviera hablando con mi otro yo, o como ven las personas en la actualidad con el teléfono celular con blue tooth que uno hasta piensa que le están diciendo algo y hacemos la seña de ¿a mi? Si para uno es confuso, para el neófito es una locura.
Las personas que se dedican a la traducción escrita tienen herramientas a la mano que les facilitan su trabajo; en mi experiencia el uso de los diccionarios es una de las principales, en ocasiones confirmar que la palabra puede tener varias aplicaciones y sinónimos, cuando busco el significado específico de una palabra en el idioma meta me encuentro que inclusive esas palabras tienen una variante ligera que la hace modificar la traducción. Y luego nos enfrentamos con el uso común de algunas palabras.
¡Cáspita! Y luego el uso del idioma en otros países. Cada país tiene algunas variantes en el lenguaje que me hace pensar en buscar alguna otra profesión que no tenga que ver con tantos cambios. Y entonces analizo que todas las actividades profesionales tienen los mismos detalles de variaciones en elementos que la conforman. ¡Córcholis! (¿o recórcholis?) (como sea) La complejidad lingüística en que nos metimos los seres humanos después de comenzar a dibujar monitos (o de acuerdo a los españoles "viñetas") en los muros de las cuevas nos ha llevado a un laberinto de letras e idiomas que nos vuelven a llevar a una ligera psicosis (o sicosis) con alucinaciones y todo el resto de juegos mentales que eso conlleva.
¡Ah! y no hay que olvidar que como traductor o interprete no solamente trasladas un concepto de un idioma a otro, sino también de un nivel a otro (¿eh, cómo dijo?). Un ejemplo ad hoc: "bowel movement"; acción de defecar; hacer sus necesidades (eufemismo); hacer popó (mayor eufemismo). Entonces el interprete se mete en camisa de once varas al intentar usar uno u otro de los eufemismos o algún término técnico en cada caso. Si la persona a quien va dirigido el mensaje es un profesional en el área en cuestión el problema se complica a la inversa si no tiene un buen entrenamiento en el uso lingüístico con el receptor del mensaje (en el caso mencionado con pacientes si es una persona con entrenamiento médico clínico) y en cuanto al receptor no entrenado cuál eufemismo va a utilizar uno como interprete (¡jolines!).
Ahora, mis estimados cuatro lectores y una seguidora, se darán cuenta el problema en que uno se mete al hacer una labor de interprete de un idioma a otro, y el ejemplo que he seguido es entre el inglés y el español, imagínense si involucran alemán, noruego, italiano, ruso o cualquiera de los cientos de idiomas existentes en el planeta. Creo que puede llegar el momento en que se sientan como Sybil, esa película que hizo Sally Field en 1976 en donde el personaje creo que tenía como 7 diferentes personalidades.
Sin embargo, una razón por la que me gusta saber otros idiomas es que uno puede leer algunas obras en su idioma original, y cuando sabes ese segundo o tercer idioma tienes que aprender la cultura de donde proviene y eso te permite comprender mucho mejor las ideas que deseó transmitir el escritor cuando plasmó sus ideas en su escrito. No quiero demeritar la labor del traductor (aunque hay algunos que dejan mucho que desear) pero una buena traducción en donde el original es como un buen vino que sea de la Borgoña (Bourgogne en Francia) a la diferencia de un vino que sea de una cepa de uva original de Borgoña plantada y cosechada en Chile o California.
En fin, estas son ideas de asociación libre que podrían dejar mucho que desear pero que esperan de una persona con rasgos maniaco-depresivos como diría mi terapeuta.
Salutem,
Ray P.
Thursday, May 12, 2016
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