Thursday, November 11, 2010

Asociaciones libres 2

Fahrenheit 451: the temperature at which book-paper catches fire and burns. Fahrenheit 451, Ray Bradbury

Las musas de la inspiración pasaron por una etapa de desolación en que las ideas fluyeron atropelladamente hacia mi conjunto neuronal que deseaba escribir sesudos comentarios llenos de inteligentes conceptos para compartir con mis cuatro lectores y una seguidora pero, (siempre hay un 'pero' atravesado en este tipo de asociaciones libres) pero los tiempos (y aquí entra el Dr. Freud con una de sus agudas observaciones psicoanalíticas: Herr R. parrrrece que está desvariando, le rrrecomiendo que vaya al grano); muy bien Dr. F. decía que los tiempos no habían sido propicios para escribir sesudos comentarios, ya que los dioses no me habían dotado con una inteligencia y raciocinio como los que posee. Por cierto, un comentario de mi seguidora cuyos estudios de alemán y rasgos obsesivo-compulsivos heredados de su progenitor, me han hecho corregir la grafía del "her" a "herr" lo que le agradezco fervorosamente -bueno no tanto-.

En fin, en mis vagabundeos cibernéticos por "la nube" (ahora así le llaman al internet), sigo encontrando libros escaneados o transcritos que en cualquier momento los poseedores de los derechos de autor de los susodichos se rasgarían las vestiduras y pedirían la inmediata prosecución de las almas caritativas que se tomaron el tiempo de poner dichas obras en línea. El ejemplo más reciente fue el libro que adquirí el año pasado y que ya he comentado en ocasiones anteriores de C.G. Jung "The Red Book"; lo pueden descargar haciendo clic AQUI. Esta opción de tenerlo electrónico ayuda mucho ya que la versión impresa es bastante voluminosa para leerlo recostado en la cama antes de dormir o llevarlo como lectura al lugar en donde solamente va uno sin compañía y que normalmente leemos revistas u otras obras ligeras para "descargar" la conciencia (el Dr. F interrumpe diciendo: Crreo que si sigue el comentarrio sus lectorrres lo van a calificarrr de vulgar y prosaico), de acuerdo!

Claro que tener la obra impresa no se compara con verla en el monitor de la computadora. El aroma del papel y la tinta, la textura de las hojas, el color que el autor y el impresor cuidaron con detalle, son elementos que nos dejan un recuerdo mas fuerte; por eso me vino a la mente la obra de Ray Bradbury de Fahrenheit 451 y el significado del título y la historia en general que les recomiendo lean (o vuelvan a leer), o que compren la película que dirigió Francois Truffaut y actuó una bastante joven Julie Christie, ya que la historia vale la pena volverla a vivir, y digo esto en pleno sentido, ya que cuando uno lee una novela, o historia, la revive en su mente, unos más que otros, y en el caso de Bradbury sus historias tienden a sumergirnos en los abismos psíquicos de los personajes, las angustias, felicidad o cualquier emoción que transmiten (se asoma el Dr. Freud y dice: ¿Herr R. por qué se siente angustiado al leer a Herr Bradbury? ¿Se angustió cuando leyó El Principito de M. Antoine de Saint-Exupery? ¿o quiere agregar alguna angustia que no ha sentido? ... Esta bien, esta bien, ultimamente me han angustiado inclusive los ... mmmh mejor se lo digo en persona a mi terapeuta.

La "nube" se está convirtiendo en una fuente de información más allá de lo imaginable en cuanto a los libros que se publican y que suben al internet al poco tiempo. Dudo que ocurra lo que pasó con la música cuando el intercambio musical entre la raza estaba mediado por servidores dedicados que después los atacaron las compañías disqueras y se tuvieron que alinear al sistema y detuvieron a Napster que era gratis y ahora cobra de 50 a 100 dólares anuales por el servicio que está limitado del libre intercambio que existía a una cuota que no me interesa ni siquiera investigar como funciona.
Ahora, los que ponen los libros en línea en ocasiones se topan con que les bloquean por los derechos de autor, pero ya no están organizados como cuando Napster y si uno quiere encontrar un libro gratis en línea es cuestión de escribir el nombre de la obra en Google seguida por la las letras PDF o RTF o DOC, y si existe la obra en algún servidor es cuestión de verificar si el servidor no va a cobrar por la descarga y de qué tamaño está el archivo, todo depende del conocimiento internético y computacional de la persona o las relaciones con otras personas interesadas en la obra que estén en internet. Normalmente, muchos le cambian el nombre básico del libro para que no los ubiquen o le agregan algún símbolo autorizado en internet como "_" entre el nombre y el autor y no llama la atención a los protectores de derechos de autor. Con esto no digo que no paguen o compren la obra para que los autores no reciban su recompensa económica por el esfuerzo que pusieron en su obra, ya que muchos de los libros electrónicos que tengo también poseo su contraparte en papel. El problema de que los libros tengan precios exhorbitantes es que hay muchos intermediarios entre el lector final y el escritor, principalmente en los paises latinoamericanos.

Repentinamente me interrumpe una multitud de autores lidereados por los de la escuela psicoanalítica pidiendo una explicación acerca de sus obras en mi computadora (bueno es mi asociación libre con toques alucinatorios)... Dr. Freud: Aha! porrrr eso tiene diversas copias de mi obrrra en el folder de Biblioteca, si pudiera le diría a los abogados de Amorrortu; Dr. Lacan: Estimado maestrgo, no se moleste con este pirrgata con orrgdenadorg, ya que nunca va a tenerg cerebro para comprgendergnos esto se nota con sus escritos en línea; Dr. M. Klein: Así es, probablemente tuvo problemas en su infancia cuando le daban puros libros usados...

Hasta aquí, no me voy a poner a discutir con mis propias alucinaciones mentales, además todos ustedes ya están en el más allá y los derechos de su obra está en manos de abogados y no, Dr. Klein, siempre tuve libros nuevos y ... y además a mis cuatro lectores y mi seguidora no les interesa escucharlos quejarse y mostrar sus conocimientos.

Nos platicamos después, creo que tengo que ir a tomar un antipsicótico.

Salutem,

Ray P.